Periódico Dexway español A2 – Edición 2

La casa de Martín nos sorprendió

UN DESCUBRIMIENTO ENTRE MONTAÑAS

La semana pasada, Clara y yo estuvimos en casa de Martín. Te lo cuento porque nos sorprendió mucho todo lo que vimos allí.

Para llegar hasta el lugar tuvimos que dejar el coche a las afueras de la ciudad. Desde allí, caminamos por un sendero de piedras que atravesaba un bonito bosque. Había árboles muy altos, pero, como era invierno, muchos de ellos no tenían hojas.

Al final de este camino, continuamos subiendo por una colina y encontramos la casa en medio de la naturaleza. «¡Martín tiene mucha suerte de vivir aquí!», pensamos. ¿Te imaginas cómo debe de ser despertarse en mitad de la montaña y poder disfrutar del aire fresco cada mañana?

Martín nos estaba esperando en la puerta junto a un perro enorme. Clara tiene un poco de miedo a los perros, pero este era tan amable y cariñoso que se tranquilizó enseguida. 

Cuando entramos en la casa, esperaba ver una vivienda de estilo rústico, como otros hogares de campo que he visitado antes. Sin embargo, esta era todo lo contrario. La decoración era moderna, con muebles de diseño, y estaba equipada con la última tecnología en domótica. Qué contradicción, ¿verdad?

Martín preparó té para los tres en la cocina, que tenía una chimenea redonda encendida y un jardín vertical. Después, le acompañamos por un pasillo que daba a un patio interior, donde había un enorme sauce. Así, llegamos a su despacho, donde trabajamos en nuestro proyecto en común durante horas. La recuerdo como una tarde muy agradable. ¡Estoy deseando volver a visitarle!

El verano

LA ESTACIÓN DE LAS VACACIONES CON MIS ABUELOS

El verano es la estación del año más esperada por muchos. No solo porque hace calor y podemos disfrutar más de las actividades al aire libre, sino también porque llegan las soñadas vacaciones.

Cuando era pequeño, mi padre y yo solíamos ir de viaje al sur del país para visitar a mis abuelos. Como viven lejos, en un pueblo pequeño, solo los veía en ese momento del año, pero me encantaba estar con ellos. 

Mi padre pasaba unos días con nosotros en el pueblo y luego volvía a la capital porque tenía que trabajar. Yo me pasaba casi dos meses allí con mi abuela y mi abuelo, disfrutando del verano.

Mi abuela era una persona muy dinámica y nunca paraba de hacer cosas. Por las mañanas, después de desayunar, caminábamos juntos hasta el río para darnos un baño. Ella era una nadadora fantástica, ya que, cuando era joven, había entrenado con uno de los mejores equipos de natación del país. ¡Con casi 70 años estaba en plena forma!

Cuando volvíamos a casa, mi abuelo, que había estado cocinando, nos sorprendía con algún plato delicioso. Su profesión durante toda su vida había sido la de cocinero. Así que ahora, ya jubilado, se divertía cocinando cada día cosas nuevas. Como sabía que a mí me encantaba la pasta, me sorprendía con un montón de especialidades italianas. 

Ahora que soy mayor, disfruto mucho de mis veranos en familia y con amigos, pero echo de menos las vacaciones en el sur con mis abuelos. Ellos sí que sabían disfrutar de las cosas sencillas de la vida.

¿Te gusta bailar?

BENEFICIOS DEL BAILE PARA EL CUERPO Y LA MENTE

El baile aporta ventajas para la salud física y mental. Al bailar, se ejercita todo el cuerpo, sobre todo las piernas y los brazos, lo que beneficia directamente al corazón. Además, el baile ayuda a liberar la tensión que acumulamos en el día a día, a combatir el estrés y a liberar endorfinas, unas hormonas que generan sensación de bienestar.

De hecho, estudiar danza durante la niñez o la adolescencia ayuda a mejorar las capacidades psicomotrices, la memoria y contribuye a mantenerse activos. Por eso, hoy en día, muchos colegios han incorporado la danza a su programa educativo o lo proponen como actividad extraescolar.

Aunque, para bailar, no existe edad. En cualquier etapa de la vida podemos aprovechar los beneficios del baile para nuestro organismo. Cada vez más adultos se interesan por las clases de baile, como una manera amena de hacer ejercicio, mantener la mente activa e, incluso, socializar con otras personas en un ambiente lúdico.

Da igual el estilo de música que nos guste, ¡todo es bailable! Podemos escoger música clásica, hip hop, funky, rock, pop, reguetón, trap o ritmos latinos, como salsa, cumbia o merengue. Lo único importante es elegir una música que nos anime y nos dé ganas de movernos, para poder disfrutar a tope y dejarnos llevar.

Y a ti, ¿qué estilo de música te gusta bailar?

Nos hemos mudado

OS CUENTO CÓMO ES NUESTRA NUEVA CASA

El sábado pasado nos mudamos a nuestra nueva casa. Ahora que ya hemos desempaquetado todas las cajas, puedo contaros lo contentos que estamos. Hemos conseguido tener mucho más espacio, ya que, en el anterior apartamento, las niñas tenían que compartir habitación, y yo no tenía un despacho en el que poder trabajar. ¡Menudo cambio!

No os imagináis lo mucho que les han gustado a Carla y a Sofía sus nuevas habitaciones. Ambas están pintadas de verde, porque es su color favorito. Además, las niñas han escogido los muebles a su gusto: las camas, los armarios, las lámparas y las mesas de escritorio.

La cocina está abierta hacia el salón. Esto nos gusta mucho, porque Dani disfruta cocinando para toda la familia, pero prefiere hacerlo en compañía. Así que, ahora, podemos estar charlando todos juntos desde el sofá, mientras prepara sus deliciosas recetas.

Hay dos baños. Uno, en la planta baja, cerca de la puerta de entrada, y otro, en la primera planta. El segundo es bastante más grande y tiene una bañera de estilo antiguo, ¡lo cual le da mucho encanto!

Al entrar en la casa, se llega directamente al salón, donde hay un sofá, un par de sillones, estanterías llenas de libros, una mesa con seis sillas y una chimenea. Es muy luminoso, ya que tiene una ventana enorme que da al jardín. Desde ahí, se ve el gran álamo que se alza a la derecha, junto a la barbacoa, y que da una buena sombra en verano, lo que nos permite comer fuera.

En nuestra nueva casa, hasta nuestro pequeño perro, Tork, está más contento. Le encanta acurrucarse en su cama, situada a la izquierda del sofá y enfrente de la chimenea.

Laura y Lucas

DOS AFICIONADOS A LA FOTOGRAFÍAE

No es casualidad que los mellizos Laura y Lucas sean unos amantes de la fotografía. Su madre, Cinthia, ya era una reconocida fotógrafa cuando era joven. Desde pequeños, han crecido rodeados de cámaras fotográficas, focos y objetivos. De hecho, cuando eran niños, solían ser los protagonistas de muchas de las fotos que su madre popularizó.

Cuando tenían tan solo 8 años, Cinthia les regaló su primera cámara. Era una Polaroid que compró en una tienda de segunda mano y que los hermanos compartieron durante años. Todavía hoy, la conservan como una reliquia.

En aquel entonces, los dos pasaban horas jugando a los fotógrafos, retratándose el uno al otro, al gato, a los vecinos, haciendo fotos de su barrio, del colegio y, por supuesto, del parque en el que jugaban todos los días.

Ahora que ya son dos jóvenes adultos, ni Laura ni Lucas han decidido seguir los pasos de su madre y convertirse en fotógrafos profesionales; pero es una afición que nunca abandonan. Les encanta llevar la cámara en sus viajes y retratar todo aquello que van descubriendo.

Hoy en día, no viajan siempre juntos. A Laura le fascina la cultura de los países asiáticos. Ha visitado los principales destinos del continente, a la búsqueda de paisajes impresionantes y escenas costumbristas que fotografiar. De hecho, hace cinco años, presentó una imagen que había tomado en Mongolia a un certamen de fotografía nacional. Su obra no resultó ganadora, pero sí fue seleccionada entre los finalistas. Esto ya fue todo un orgullo para ella.

Por el contrario, Lucas siempre se ha interesado por la fotografía de naturaleza, especialmente de animales. En su búsqueda de impresionantes imágenes de fauna salvaje en libertad, ha recorrido todo el país, pero también ha viajado a Mozambique, Tanzania, Australia e Indonesia. Su sueño es llegar a fotografiar a un gorila de espalda plateada. 

Se busca compañero de piso

REQUISITO: QUE LE GUSTEN LOS GATOS

«Se busca compañero de piso». Esto es lo que decía el cartel que subimos ayer a las redes sociales. Desde ese momento, el teléfono no ha parado de sonar.

Tenemos un piso de tres habitaciones, con una cocina y un baño muy pequeños, pero con un salón que da a una terraza bastante grande. Además, aunque es un segundo piso sin ascensor, está en pleno centro de la ciudad, cerca de las universidades, y con una parada de metro a pocos metros de nuestro portal. ¿Qué más se puede pedir en una ciudad como esta?

Encontrar una habitación a buen precio en esta ciudad se ha convertido en algo muy difícil. Muchas personas nos han contactado, interesándose por el anuncio, pero elegir a un buen compañero de piso tampoco es tarea fácil.

Yo comparto piso con Victoria, una chica del norte del país que vino a la ciudad a estudiar interiorismo. Así que, como os podréis imaginar, gracias a sus conocimientos la decoración de nuestro piso parece salida de una revista profesional. ¡Es increíble lo que se puede hacer con poco presupuesto cuando se tiene buen gusto!

Pero con nosotros también vive Nila, una gata de color negro que comparte habitación con Victoria. La gatita llegó desde su pueblo con ella, y a mí me pareció buena idea cuando las conocí. Por eso, buscamos a una persona que ocupe la tercera habitación de la vivienda, pero, eso sí: ¡ha de ser alguien a quien le gusten los gatos!

Esta tarde, viene a visitar el piso una primera persona interesada. Nos ha contado por teléfono que es una estudiante de ingeniería. Por la voz, parecía muy simpática ¡Ojalá que le gusten los gatos!